domingo, 1 de enero de 2012

Llega el momento, tropiezas y la venda cae de tus ojos, como si cayera una hoja de su árbol... y es ahí, cuando te das cuenta, de que nadie era como pensabas, que quizás a quien mas querías, era a quien menos le preocupabas, y bajo la venda caen lágrimas hasta que los ojos quedan completamente rojos de el llanto.
Quizás tu no esperabas eso, si no una reacción mas acertada, algo parecido a lo que tu harías por ellos en ese momento y eso quiere decir, dejarlo todo por ir con quien está mal, sin importarte lo que dejas atrás, en ese momento te das cuenta, de que cada uno vive por si mismo, y nadie hace como tu, de pensar antes en los demás que en ti.
Reaccionas, te secas las lagrimas y... ¿Que coño? No lloré por alguien que ingresaba enfermo, no lloré por una discusión de mis padres, ¿es necesario llorar por una decepción? No, amigo, no, vales mas de lo que crees, y mas de lo que esa persona jamas pudo apreciar, no llores tu, debería de llorar ella por haberte perdido.

Y la conclusión es... "En esta vida, todos nos fallarán, pero hay que saber elegir por quien quieres sufrir, y por quien no"

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